Cada año, los balances personales se renuevan y los contratos de alquileres también. Asumir que es momento de mudarse a un lugar nuevo con heladera, lavarropas y cama a cuestas es difícil. Según un sondeo nacional realizado por la consultora ZonaProp, el 79% de los encuestados afirmó que planificar una mudanza les genera estrés. Para el 44%, el traslado es similar a rendir un examen universitario. En Tucumán, la demanda por la falta de espacio en los edificios abunda entre los vecinos. Mudanza es sinónimo de ilusión, pero también de caos.

“Sufrí mucho cambiándome de casa. No te dan ganas de hacerlo más”, aseguró Florencia Abregú quien hace un tiempo decidió ir a vivir sola. Por una cuestión de practicidad, este proceso obliga al nuevo inquilino a desprenderse de objetos que marcaron su vida. “Tuve que traer lo indispensable, porque me costó mucho entrar la cama, la mesa y el colchón. Para llevar una cosa, tenía que sacar otra antes”, recordó Abregú.

Federico Medrano, encargado de una empresa de mudanzas, reconoce que su trabajo le permite protagonizar pequeñas hazañas en cada recorrido.

“La gente busca que el vehículo en el que viajen sus pertenencias sea con caja cerrada por si llueve y para evitar caídas accidentales”, contó Medrano.

Cuidados

En el proceso de trabajar con objetos de madera y vidrio, las sogas y la cinta de embalaje son elementos que no pueden faltar. “Cuando estamos ante algo delicado, como un mueble con puertas de vidrio, preferimos embalarlo con cartón o usamos frazadas que ayuden a amortiguar los golpes”, señala Medrano.

Congeniar con el universo para que los electrodomésticos grandes entren en un espacio de escasos centímetros es una odisea. Lo primero que hay que hacer -según Medrano- es medir cada objeto antes de moverlo para luego visualizar cuál sería el modo correcto de movilizarlo: ascensor -es lo ideal-, escaleras o por el balcón.

La heladera es el electrodoméstico que genera más molestias cuando hay que cargarlo. “Para subir la heladera por la escalera uso una faja lumbar y guantes porque realmente se complica. Hay que hacer fuerza mientras se sube, luego parar en el descanso y seguir. Es agotador”, afirma Gustavo Argañaraz, quien trabaja realizando mudanzas.

Un espíritu joven con ganas de alzar cosas no basta cuando se trata de trabajar con el cuerpo propio. “Hay que flexionar bien las piernas y no forzar la espalda para proteger la columna”, agrega Medrano. Según comentaron ambos, la mayoría de los ascensores genera problemas para mover muebles tamaños XL, como los sommiers o los sillones. La solución: optar por las escaleras o por el “modo Tarzán” -transportar por los aires con ayuda de sogas y embalajes hasta llegar al balcón-. “Ahora los edificios nuevos cuentan con montacargas. Está muy bien pensado para subir objetos grandes, como los muebles, porque si no es imposible moverlos”, apuntó Medrano.

Fríamente calculado

Con pasillos estrechos y habitaciones tan pequeñas, comprar algo que nos guste mucho debe pasar por el filtro de las medidas de nuestra casa. “Los departamentos son cada vez más pequeños. Cuando uno piensa en mudarse tiene que ver si determinado mueble va a entrar en el ancho de las escaleras o de las puertas. Es muy estresante”, expresó Federico Fia Sare. La organización es clave cuando la mudanza se hace con ayuda de la familia y de amigos. “Hay que tomarse el tiempo de preparar las cosas y no atolondrarse. Por no hacerlo olvidé dónde había dejado las llaves del auto y tuve que desarmar todo de nuevo”, confesó Fia Sare.

Por otra parte, Medrano contó que una vez tuvo que sacar una de las puertas del ascensor con la ayuda del encargado del edificio para poder subir un sillón. “No había otra manera porque las dimensiones de las escaleras eran muy chicas”, añadió el joven.

Hay quienes eligen cortar por lo sano y evitar enojos innecesarios, como Paula Gacioppo, quien alquila hace dos años y decidió mudarse a una casa en lugar de un departamento. “Son extremadamente caros y muy chiquitos”, sentenció Gacioppo.

Un nuevo rumbo

Más allá de lo desgastante y cansador, la mudanza también es la realización de un sueño. “Para mí la palabra 'mudanza' es empezar de nuevo y tomar conciencia de que ahora todo depende de mí. Ahora entiendo a mi mamá”, reveló Abregú entre risas. Otras personas, como Andrea Morales, cree que trasladarse a un lugar distinto es una excelente oportunidad para deshacerse de las cosas que ya no usa. (Producción periodística: Milagro Molina)